Ficha técnica
- Título: La cena
- Autor/a: Herman Koch
- N° de páginas: 284
- Editorial: Salamandra
- Año: 2010 (2009)
Dos parejas se citan a cenar en un costoso restaurante neerlandés. El
inicio de la conversación se caracteriza por la charla sobre películas y
vacaciones, pero el correr de la velada irá llevando a los comensales a hablar
sobre un tema, consciente o inconscientemente, del que saben que tienen que
hablar casi urgentemente.
- Título: La cena
- Autor/a: Herman Koch
- N° de páginas: 284
- Editorial: Salamandra
- Año: 2010 (2009)

Si bien la novela está dividida
en varias partes (correspondientes a los momentos de una cena, como la entrada,
el plato principal, el segundo plato, el postre, etc.) también es válido hacer
otra división; en este caso, mientras leía pude identificar dos líneas
argumentales básicas. Por un lado, la novela relata el momento en que las dos
parejas se citan a cenar en el restaurante y lo que allí sucede específicamente.
Por otro lado, la narración (en primera persona por uno de los protagonistas), alterna
el presente con el pasado, utilizando el recurso de los flashbacks, que sirve para que el lector sepa qué fue lo tan grave
que pasó como para que estas cuatro personas se pongan de acuerdo para cenar y
hablar sobre ese tema en particular. De esta forma, la narración salta
constantemente en el tiempo, consiguiendo el objetivo de proveer al lector con
una mirada más amplia sobre los hechos. La primera mitad de La cena se focaliza en introducir a los
personajes (personalidad, actitudes, familia, entorno, hechos relevantes de su
pasado, etc.), mientras que la segunda se centra más que nada en la
conversación final entre el tema por el que se citan, mostrando así sus verdaderos
valores.
La forma en que está narrada La cena hace que el lector analice la
trama y las cosas que van pasando bajo la mirada particular de uno de los
personajes. Así, el narrador, Paul, cuenta qué piensa de su hermano, de su
mujer, de su hijo y de otros temas que van surgiendo con el correr de las
páginas. A primera vista un narrador en primera persona podría significar que
el que cuenta es el personaje más desarrollado, del que uno puede saber más como
lector; a pesar de que en parte esto es así (porque además de los hechos
principales podemos saber más cosas de Paul respecto de su entorno personal y
familiar), a través de sus pensamientos y su punto de vista, el lector logra
hacerse una muy buena idea de los demás personajes. Más allá de no presentar la
historia con un narrador omnisciente y omnipresente que todo lo sepa y tenga
una mirada objetiva de los hechos, el autor consigue desarrollar bien los
personajes, imprimirles una personalidad que los caracterice y los distinga. En
la novela se ve cómo en esa aparente familia feliz, la tensión es constante y,
por la naturaleza del narrador, esa tensión se acentúa, por el simple hecho de
que Paul forma parte de esa familia y conoce como nadie los secretos, las
costumbres y las relaciones entre sus miembros.
Esta novela podría pasar, si se quiere, como una historia más sobre una familia con problemas. Por un lado,
esto es así. De hecho, el autor tiene un estilo que genera que el lector quiera
seguir con la lectura en todo momento, para así poder desentrañar varias
preguntas que al inicio, naturalmente, no tienen respuesta y, además, ver cómo
reaccionan los personajes. Pero a medida que la trama se va perfilando, uno
entiende que La cena no se queda en
ese argumento de drama familiar. Desde la pena de muerte hasta la relación
padre-hijo, la novela explora distintas cuestiones que nos incumben como
sociedad. Cuestiona, además, el vínculo entre padres e hijos desde el rol de la
educación; ¿cuánto influyen las actitudes de los padres en los hijos? ¿Hasta
dónde las acciones de un chico de quince años son suyas y no un reflejo de la
educación recibida de los padres, de lo que el mismo adulto haría? A juzgar por
la conversación final, vemos que ante estas preguntas y tantas otras que van
surgiendo, las respuestas no necesariamente tienen que parecerse. Por el
contrario, La cena comprueba que la
eterna cuestión de la moral, que muchas veces se exige que sea vista como una
sola, puede tener (y efectivamente tiene) matices, distintas posturas ante un
mismo problema. Si el delito protagonizado por los hijos fue un “asesinato” o
un “accidente”, por ejemplo, es una de las disyuntivas que se plantean en la
conversación. Por otra parte, uno puede ver cómo un hecho en particular,
objetivo, puede suscitar distintas reacciones. Si uno de los chicos parece
desentenderse del hecho, casi ingenuamente (palabra de los padres), el otro se
ve completamente preocupado, angustiado, culpable. No creo casual que la madre
del primero considere que el hecho fue un accidente, cuando las imágenes de una
cámara de seguridad muestran otra cosa. De esta forma, podemos ver cómo la
familia se construye a partir de determinados valores, de reglas que no
necesariamente son compartidas por otras.
La cena es una historia de
fácil lectura y muy llevadera que bajo su aparente sencillez, encierra una
fuerte crítica hacia la hipocresía que nos caracteriza como sociedad. Por otra
parte, plantea temas interesantes que dan lugar a la reflexión, centrándose
básicamente en las relaciones familiares y cómo se van construyendo los vínculos
entre padres e hijos.
Puntuación final
8/10
Comentarios
Publicar un comentario