"El viento que arrasa", de Selva Almada

Ficha técnica
- Título: El viento que arrasa
- Autor/a:
Selva Almada
- N° de páginas:
160
- Editorial:
Mardulce
- Año:
2012
Un reverendo y su hija llegan a un taller cuando se les descompone el auto. Allí viven un hombre, el mecánico, y un chico a quien este cuida como un hijo. Entre estos cuatro personajes, y con la excusa del arreglo del auto de los visitantes, se irán desarrollando los hechos que le dan forma a la trama, así como también conoceremos a los personajes y sus diferentes personalidades.
El relato que cuenta Selva Almada va complejizándose a medida que avanzan las páginas. En un principio, la historia parece muy simple, y no da la sensación de que fueran a ocurrir muchas cosas sorprendentes. De hecho, en muchos pasajes del libro la autora se encarga de relatar hechos pasados que sirven para profundizar en los personajes, pero la historia del presente no avanza considerablemente. Sin embargo, con el correr de la lectura van sucediendo cosas que sí trabajan sobre esa actualidad de los protagonistas. La tendencia de la que hablaba en el inicio del párrafo, es decir, que no suceden hechos tan impactantes se mantiene, pero en esta instancia, uno como lector ya va conociendo a los personajes y se compenetra más con ellos, por lo que entiende sus acciones y sus modos de ver las cosas teniendo en cuenta el pasado que ya nos fue contado.

La novela transcurre en pocos días, u horas, aunque en la historia, el tiempo va desdibujándose a medida que uno se adentra en ella. Al finalizarla, no está claro cuánto tiempo ha pasado, pero lo interesante de esta situación es que no surge a partir de la sensación de que la novela carezca de suficientes descripciones, sino que es gracias a que la autora, con el avance del relato, va haciendo que el interés por los personajes, sus valores, ideales y personalidad crezca cada vez más. De esta forma, el lector va dejando de prestarle mucha atención cuestiones que excedan a los cuatro personajes principales. Se va generando un microclima del que uno no puede (o mejor, no quiere) salir, y eso es un gran mérito por parte del libro y por ende de la autora. Es cierto que en un principio, los protagonistas no parecen tener mucho que ofrecer; es decir, que quizás no tengan rasgos que los hagan fácilmente identificables o dignos de  reconocimiento. Es con el correr de las páginas y de las situaciones que se van encadenando que su esencia va mostrándose, convirtiéndolos en personajes bien desarrollados.

Es interesante ver cómo se va presentando este desarrollo de los protagonistas. Cada uno de ellos empieza a ser cada vez más profundo a medida que suceden los hechos más importantes de la historia. De esta forma, sus reacciones se corresponden con sus valores o pensamientos. El Reverendo, por ejemplo, considera a Dios y a Jesús como sus únicas guías espirituales, dos figuras a las que confiarles todo y las que le posibilitarán encontrar un rumbo a su vida. En el lado opuesto se encuentra el mecánico, el Gringo, que piensa todo lo contrario y considera que las ideas del Reverendo son completas pavadas. Esa tensión entre las posturas, acompañadas también por los pensamientos de los dos jóvenes, Leni y Tapioca, se van haciendo cada vez más completas, más sólidas, y así constituyen personajes que pueden sostenerse en sus acciones y en sus diálogos. Es decir, que no es necesario que la autora explique con exhaustivo detalle o que directamente narre cómo piensan o se sienten sus personajes, sino que ellos, con su forma de expresarlo, pueden transmitirlo sin problemas.  

El viento que arrasa parte de un argumento bastante simple, uno de esos que, en un principio, parecería no tener mucho para dar, o que sería complicado que empezando de esa base pueda surgir algo interesante. Pero, afortunadamente, Selva Almada lo consigue, y logra construir una historia muy entretenida, con unos buenos personajes y una ambientación bien lograda.
Puntuación final
7,5/10

Comentarios