Ficha técnica
- Título: Esperando a los bárbaros
- Autor/a: J. M. Coetzee
- N° de páginas: 223
- Editorial: Debolsillo
- Año: 2005 (1980)
El Imperio decide, de un día para el otro, que los bárbaros son una
amenaza para la seguridad del pueblo y del mismo gobierno. Así, se ordenan
excursiones con ánimos de aniquilarlos, secuestros, torturas y
asesinatos. El protagonista, un magistrado que trabaja con el Imperio, será la
voz que nos relata lo que ocurre.
- Título: Esperando a los bárbaros
- Autor/a: J. M. Coetzee
- N° de páginas: 223
- Editorial: Debolsillo
- Año: 2005 (1980)

Esperando a los bárbaros es, desde varios puntos de vista, una
lectura compleja. La forma de escribir de Coetzee es bastante particular, y no
considero muy recomendable encarar la lectura de esta novela con liviandad y
pensando que será un libro sencillo de leer. El autor tiene un estilo muy
elegante, y utiliza términos y palabras que, puestos donde deben estar, le dan
a la narración una musicalidad y una originalidad única, pero al mismo tiempo, una
complejidad distinta. A pesar de su peculiar estilo, Esperando a los bárbaros no
se torna aburrida en ningún momento, sino que, a medida que el relato avanza,
es más fácil adentrarse en la historia y así poder empezar a compenetrarnos más
con ella.
Por otra parte, la novela expresa
una gran cantidad de ideas muy profundas en su esencia, a través de la
narración del protagonista. Esto también le agrega cierta dificultad a la
lectura. Si el lector quiere entender a la perfección qué quiso decir el autor
con determinada frase o planteo, es necesario que preste suficiente atención
porque, como decía antes, esta no es una novela que pueda leerse con facilidad. Es un relato que requiere de un lector atento que esté constantemente
con interés de captar todos los detalles que incluye el autor en la obra. Claro
está que este rasgo de la novela puede, en
principio, espantar a un eventual lector; pero no tengo dudas en afirmar
que hacer el esfuerzo para transitar esta difícil pero interesantísima novela
vale mucho la pena.
Muy probablemente, el punto más
fuerte de este libro sea la construcción del protagonista o narrador. A través
de su voz, vemos en qué situación está el Imperio y, además, qué represalias
toman contra los denominados bárbaros. Porque cuando uno termina la novela,
podría llegar a pensar con total justificación, que en realidad los que
encarnan la barbarie son los mismos miembros del Imperio. Pienso que haber
planteado la novela y la narración desde el lado “oficialista”, por así
decirlo, le da a la historia una originalidad y un impacto mayor. De otro texto
se trataría esta novela si el narrador fuera un bárbaro o una víctima. Quizás
no de peor calidad literaria, pero, personalmente, considero que eso habría
significado caer en una suerte de lugar común. En cambio, poniendo el foco en
la parte imperialista se logra un retrato, desde mi punto de vista, que expresa
mejor lo que “lleva” (porque en realidad nada justifica lo que hacen) al
Imperio a tomar determinadas decisiones y cómo es que planean las acciones que
llevan a cabo.
El magistrado, del cual no
sabemos su nombre, actúa como una suerte de voz de la sensatez dentro de la
locura del Imperio. Él trata de hacerles entender a sus superiores que los
bárbaros no son nada más que un pueblo nómade fronterizo que basa su existencia
en la pesca y la recolección. Pero sus intentos, eso está claro, son en vano.
Nada le importa al Imperio cuando ordena tomar como prisioneros un grupo de
pescadores. ¿Cuál era su excusa? Que los secuestraron porque se estaban escondiendo. Por supuesto que
de ellos, de su agresividad. En ese sentido, Esperando a los bárbaros funciona como un agudísimo análisis del
sin sentido de la guerra, y deja completamente expuestos a los “motivos”, si se
quiere, de los que inician un enfrentamiento de las características que vemos
en la novela. Además, pone en manifiesto cómo es que las guerras se desarrollan
y las atrocidades que en ellas ocurren. En este punto Coetzee logra, más allá
de la construcción del narrador, uno de los puntos más fuertes de la obra: la
descripción que hace de las mismas y cómo consigue transmitir todos los
sensaciones que atraviesan a los que son protagonistas, voluntaria o
involuntariamente, de una guerra.
Pero lo interesante de la
construcción del narrador es que Coetzee, desde lo que yo pude analizar, no lo
plantea necesariamente como la voz de la verdad. El narrador tiene sus
complicaciones emocionales, sus dudas existenciales. Es por eso que es un
personaje tan completo y bien estructurado; porque se permite dudar de todo, y
porque tiene la agudeza intelectual de cuestionar las atrocidades que el mismo
bando al que él a priori pertenece lleva a cabo. Por supuesto que esto no se
consigue de la nada. Coetzee hizo un trabajo magistral a la hora de elaborar la
psicología del personaje. La gran cantidad de reflexiones que este hace van de
la mano de lo que se percibe como un escritor sumamente inteligente, con la suficiente
capacidad para analizar a la sociedad y exponer algunos de sus mayores
defectos.
Leer Esperando a los bárbaros no
es una tarea sencilla, pero sin lugar a dudas vale mucho la pena. Nos hace ver
un tema tan importante, pero al mismo tiempo muchas veces dejado de lado de una
manera distinta, que solo puede estructurase de la mano de la literatura y la
capacidad de un autor para hurgar en lo más oscuro de la condición humana. Esperando a los bárbaros es una lectura
excelente, con un narrador sin puntos flacos y una prosa por parte de Coetzee
que nos demuestra cuán buen escritor es.
Puntuación final
9/10
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