Datos técnicos- Título: Bron/Broen
- Creador/es: Camilla Ahlgren
- Año: 2011-presente
- Temporadas: 3 (4ta a estrenar)
- Duración: 57 minutos
- Cantidad de episodios p/ temporada: 10
- Puntuación IMDb: 8.6
Después de un tremendo caso como el que tocó en la primera temporada de
la serie, en esta segunda siguen quedando resabios de lo ocurrido, sobre todo
para uno de nuestros protagonistas. Sin embargo, ahora la atención cambia para
enfocarse en un nuevo caso que promete ser igual o más difícil que el del
Asesino de la Verdad.
- Creador/es: Camilla Ahlgren
- Año: 2011-presente
- Temporadas: 3 (4ta a estrenar)
- Duración: 57 minutos
- Cantidad de episodios p/ temporada: 10
- Puntuación IMDb: 8.6

Ver Bron/Broen representa, desde varios puntos de vista, un desafío
constante. Con esto me refiero a que hay que adaptarse a todo tipo de
cuestiones que nada tienen que ver con nuestra realidad. Pero al mismo tiempo,
esta es una de las mejores cosas de ver series, películas o de leer literatura
que se aleje de lo cotidiano o que ni siquiera pertenezca a nuestra cultura; te
permite ver otras formas de encarar la vida, otras costumbres, otras reacciones
ante determinadas cuestiones y, en definitiva, un código de comportamientos
sociales y personales totalmente distinto. Más allá de esto, en series como
esta la estética es diferente. No me considero una experta en cine ni mucho
menos, pero sí logro darme cuenta de que, por ejemplo, la ambientación que
reina durante todos los episodios es muy distinta a una serie más convencional;
en Bron/Broen todo es gris. No
solamente por cuestiones climáticas (parece ser que en Malmö y Copenhague
siempre hace frío y está nublado), sino porque hasta la vestimenta y la
decoración de las casas es bastante sombría, sin colores vivos ni nada que se
le parezca. Esto, por supuesto, hace a su esencia; esa cuestión opresiva que
tiene, también relacionada a los personajes y a los casos que se tocan, se ve
también en la parte visual de la serie.
Otro aspecto que ya habíamos
visto en la primera temporada y que se refuerza completamente en la segunda es
la construcción de la trama, cómo se van encadenando los hechos. Si en un
principio pensamos que la serie va a ir por un camino, al siguiente la cosa
puede cambiar completamente. Por otra parte, Bron/Broen no es una serie lineal. No me refiero exclusivamente a
cuestiones temporales, porque en ese sentido sí es relativamente cronológica
(por ejemplo, no hay flashbacks), sino que lo que no es completamente lineal es
la forma en que se van mostrando las distintas líneas argumentales de las que
se compone la serie. Todo el tiempo se van agregando escenas de personajes de
los cuales poco sabemos, y tampoco llegamos a entender bien qué importancia
tienen en el caso que se está tratando. En la mayoría de los capítulos, en
especial en los primeros, hay tantos personajes que parecen no tener nada que
ver con el caso que uno llega a preguntarse por qué es que están y, por
momentos, parece que entorpecen la trama. No es hasta el final que uno entiende
el porqué de su presencia, y en ese momento es que uno, como espectador, se
sorprende gratamente de la inteligencia de los creadores de Bron/Broen. Es sencillamente
impresionante que, luego de terminar de ver los diez episodios, la trama cierre
tan bien, con tato ingenio y facilidad. De esta forma, esta es una serie que
hay que ver prestando mucha atención, para no perderse de ningún detalle que
luego sea esencial para entender bien el
desenlace final.
El argumento policial de esta
temporada me gustó aún más que el primero. Después de ver esta segunda, este
caso me parece más logrado, mejor construido y hasta de una complejidad mayor. Pensando
en la temporada primera, quizás la trama no era tan original, y seguía algunos de los cánones más comunes del
género del policial. Con estos cánones me refiero al tema del ex policía que se
vuelve contra las Fuerzas, un poco por venganza y otro poco por su carácter de
psicópata, y en especial contra un ex compañero, del cual fue muy amigo en su
tiempos de colegas. En conclusión, es esa resolución a priori fácil en la que
el asesino está o, en este caso, estuvo, dentro del círculo de gente que
justamente se encarga de que esos casos no ocurran o, en su defecto, de
encontrar al culpable. En estos diez episodios, en cambio, se ve un trabajo
mucho más original, más innovador por parte de los creadores. En un principio,
la serie parece ir por un rumbo, pero luego se va por otro bastante distinto.
El espectador podría llegar a darse cuenta de que no todo es ni tan simple ni
tan lineal como parece por el hecho de que van apareciendo muchos personajes,
con sus respectivas historias paralelas, que podrían no tener mucho que ver con
la investigación que requiere el caso. Pero al mismo tiempo, esta gran gama de
personajes no cumple solamente esa función, sino que en muchas ocasiones llega
a confundir; la confusión desaparece (en el mejor de los casos) recién cuando
el caso se resuelve (o tal vez uno o dos capítulos antes), y puede ser que, por
este aspecto, la serie llegue a aburrir a algunas personas.
La construcción de los personajes
es otro punto fuerte de Bron/Broen.
En el caso de la segunda temporada, nos encontramos con la misma pareja
protagonista que ya habíamos visto en los primeros diez episodios. Particularmente,
y en relación a los demás personajes, me parece que el personaje de Saga tiene
más características que puedan ser explotadas. Con esto no estoy diciendo que
Martin no sea un personaje profundo, sino que su construcción es distinta. No
tiene facetas que uno no conozca; es tan transparente, tan genuino, que a
veces, para el espectador o para la serie misma, puede resultar un personaje no
tan explotable. Saga, en cambio,
tiene muchos rasgos que no conocemos, que
nos resultan incomprensibles o no llegamos a dilucidar del todo. En ese
sentido, ella es un personaje misterioso, que con el correr de los episodios va
revelándose más, y vamos conociendo más cosas de ella. Martin es un personaje
que funciona desde el afecto que puede generar en los espectadores, en la
conexión que se puede establecer entre él y uno mismo. Saga, en cambio,
funciona igual de bien, pero desde otro lugar; en el sentido de que es un
personaje explorable, sobre el que
uno puede tratar de indagar pero que, muy probablemente, no saque muchas
conclusiones. O quizás sí, pero como no están expresamente mostradas todas sus
características, todas sus facetas, uno tiene la “obligación”, por así decirlo,
de conjeturar o suponer cuestiones sobre su personalidad. Y en esa
especulación, puede llegar a equivocarse. Más allá de los personajes
principales, Bron/Broen también hace
un gran trabajo con los secundarios, por así decirlo, o con los que participan
del caso. Todo ellos tienen su propia psicología muy bien construida; de esta
forma, y en base a esto, la serie está
bien argumentada, justificada, y así alcanza una lógica que se mantiene durante
todos los episodios.
La segunda temporada de Bron/Broen
me ha gustado más que la primera. Sigue teniendo un excelente desarrollo de
personajes y consigue generar una ambientación adecuada para los casos que
describe. En estos diez episodios, logra una mayor complejidad desde el punto
de vista argumental y más original con respecto a la trama. Una serie excelente,
que combina profundidad en todos sus aspectos (trama, personajes, ambientación)
con un caso policial que engancha y entretiene.
Puntuación final
9/10
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