"Ciencias morales", de Martín Kohan

Ficha técnica
- Título: Ciencias morales
- Autor/a:
Martín Kohan
- N° de páginas:
218
- Editorial:
Anagrama
- Año:
2007
Ciencias morales nos sitúa en el ambiente del Colegio Nacional Buenos Aires, a principios de la década de los 80, cuando la última dictadura cívico-militar está llegando a su fin. María Teresa, la protagonista de la novela, tiene un único objetivo: ejecutar con suma precisión sus funciones de preceptora en el Colegio, vigilando a los alumnos y comprobando que las reglas se cumplan a rajatabla.
Uno podría llegar a analizar la novela de Kohan de muchas formas. Por un lado, puede ponerse en plan meramente interpretativo/alegórico y pensarla justamente como una alegoría de la dictadura o del contexto externo, si se quiere, que ronda al Nacional Buenos Aires, que es donde se producen los hechos de la historia. Por otro lado, en cambio, algún lector podría interpretar esta novela desde otro punto de vista, quizás más específicamente literario; pensar a Ciencias morales no solamente como una metáfora de tan oscuro período, porque es indudable que la historia se ve influenciada por esa cuestión, sino también analizarla en términos de cómo se construye la historia, la psicología de los personajes y, más que nada, cómo el autor juega un rol importantísimo en la elaboración de estos aspectos a través de su estilo narrativo.
Uno de los temas que más me interesaron de Ciencias morales es la forma en que Kohan crea la ambientación de la novela. A medida que uno va avanzando con la historia, se va metiendo dentro de ese mundo que es el Colegio. El libro transcurre pura y exclusivamente dentro de los límites del mismo, más allá de que sepamos alguna cuestión de María Teresa mientras está en su casa o en algún bar cercano. Pero estas situaciones siempre tienen algo que ver con lo que respecta a su trabajo. Si María Teresa se encuentra en su casa, piensa en el Colegio. Si está en el bar, estará con alguien específico del Colegio. Así, entonces, se va construyendo un ambiente que gira siempre en torno al mismo tema, haciendo foco, por ejemplo, en las maneras que allí se tienen para oprimir a los alumnos. Considerando que la protagonista forma parte de ese sistema, sabemos con precisión cuáles son esos métodos, por lo que todo se ve más cercano, más en primera persona, si se quiere.
A decir verdad, durante la novela no transcurren demasiados hechos importantes, o que sean, a simple vista, fáciles de agregar a un resumen de la misma. Para compensar, por así decirlo, esta aparente falta de desarrollo en la trama, Kohan se centra en mostrar muy bien esa ambientación opresiva que caracteriza al Colegio en esa época. Más que nada, la novela se articula a partir de descripciones de los hechos cotidianos que se dan en el establecimiento, y cómo estos van influyendo en las actitudes y comportamientos de los personajes.
Por otra parte, tampoco es muy extensa, así como los hechos que se van narrando, la lista de protagonistas o personajes importantes. En primer lugar, obviamente, se encuentra María Teresa, que es justamente la que, sin utilizar la primera persona, es la que termina de dirigir la narración en tercera persona. El relato se encarga de describir mayoritariamente sus acciones, sus pensamientos y sus formas de analizar la cotidianeidad del Colegio. En un escalón más abajo podríamos ubicar al señor Biasutto, jefe de preceptores, que a medida que avanza la historia va teniendo un rol cada vez más importante en el desarrollo de la misma. Aparte de ellos, no me es fácil encontrar otros personajes que sean estrictamente importantes para la historia en sí; por supuesto que cuando María Teresa empieza a buscar quién es el alumno que fuma en el baño, que parece ser su único objetivo durante su horario laboral, aparecen nuevos personajes que se suman a la lista de “sospechosos”.
Luego de terminar la novela, y refiriéndome a la cuestión del accionar de María Teresa, una posible lectura acerca de esto es que ella se maneja de esa manera por una cuestión, podríamos decir, más personal: ella no se encierra en el baño a vigilar quién incumple las normas porque piensa que estas deben ser sí o sí cumplidas, algo así como por el bien del Colegio; por el contrario, lo hace para demostrar que ella puede encontrar dónde está esa falta, que es ella quien puede impresionar al señor Biasutto. Que es ella la que puede hacer algo como para evitar, aunque sea un poco, esa vida desabrida que lleva. O hacer algo, también, para dejar de parecer esa chica insulsa que ella misma reconoce cuando en una ocasión se mira al espejo y no encuentra una propia expresión facial que la termine de convencer.
Kohan tiene un estilo muy particular, y se nota que es un escritor muy detallista. Como mencionaba anteriormente, en la novela no se narran muchos hechos concretos; es decir, no hay demasiadas cosas que pasen que rompan un poco el eje en el que se centra la historia. Entonces, teniendo en cuenta la extensión de la novela, que supera las doscientas páginas, es inevitable pensar que con algo el autor tuvo que haber rellenado esas páginas. La narración de Kohan, por lo tanto, no es vertiginosa, no narra muchas cosas al mismo tiempo ni vapulea al lector con mucha información o situaciones imprevistas, sorpresivas. Por el contrario, él decide hacer un análisis muy minucioso  de estas escasas situaciones que se van narrando. Es decir, puede ser que utilice varias páginas para describir el hecho de que un alumno entre al baño, haga sus necesidades y se vaya, todo desde la estricta perspectiva de María Teresa. En ese sentido, el estilo de Kohan podría, hipotéticamente, resultar un tanto repetitivo o cansino. A mí, particularmente, no me ocurrió esto y, de hecho, su narración me invitaba a seguir leyendo todo el tiempo. La forma en que escribe Kohan me resultaba muy cautivante, me contenía en esa ambientación y, metafóricamente hablando, no me dejaba salir. De esta forma, pienso que Kohan ha hecho un gran trabajo en ese aspecto: el hecho de estar constantemente haciendo hincapié en determinadas cuestiones del Colegio hizo que la atmósfera del mismo quedara bien clara y se asentara, y de esta forma pudiera ser transmitida al lector.
Ciencias morales es una novela muy interesante, por varias razones. En primer lugar, está narrada de una forma muy particular, que logra que el lector se traslade a ese contexto en el que se ubica. En segundo lugar, logra desarrollar muy bien a su protagonista, con su personalidad y sus inseguridades. Finalmente, y esto es una apreciación más personal, me atrapó en todo momento, y me invitó a seguir leyendo hasta llegar al final. Nunca me aburrió, y lo cierto es que terminó siendo una experiencia de lectura muy distinta a otras, pero al mismo tiempo muy disfrutable.
Puntuación final

7.5/10

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