Ficha técnica
- Título: El mal menor
- Autor/a: C. E. Feiling
- N° de páginas: 192
- Editorial: Fondo de Cultura Económica
- Año: 2012 (1996)
Los protagonistas de esta historia son arcontes: personas con la
capacidad no soñar, y gracias a sus dotes sobrenaturales, tienen la
responsabilidad de evitar que el prófugo salga
de los sueños, pase por el Cerco y llegue a La Vigilia.
- Título: El mal menor
- Autor/a: C. E. Feiling
- N° de páginas: 192
- Editorial: Fondo de Cultura Económica
- Año: 2012 (1996)

Así de extraño es el argumento de
El mal menor. Lo cierto es que no es
para nada fácil hacer un resumen del argumento y que alguien que no haya leído
la novela lo entienda. Este es, además, uno de los factores que más me gustaron
del libro. El autor opta por evitar descripciones tediosas o aburridas y, por
otra parte, pienso que intentar describir con precisión de qué trata esta
novela sería una tarea bastante complicada. Si bien la historia tiene un tema
central, que luego se va desarrollando y aclarando a medida que pasan las páginas,
uno como lector entra en ese mundo sin esperar que nos expliquen completamente
su naturaleza; o por lo menos esa es la postura que, luego de haber leído la
novela, pienso que es la que uno debe adoptar. Es propio del lector tomar la
decisión de entrar a ese mundo y quedarse, o abandonarlo en las primeras
páginas. Más allá de que una realidad literaria determinada pueda estar bien
construida y eso nos aliente a entrar en ella sin preguntarnos demasiadas
cosas, el hecho de compenetrarnos con una historia que estamos leyendo es,
desde mi perspectiva, algo personal de cada lector. Es decir, la forma en que
el autor va elaborando ese mundo seguramente es importante a la hora de decidir
si seguimos o no, pero justamente es nuestra
la última palabra. Uno puede sentirse a gusto con determinado libro, que se
adecúa a nuestras preferencias literarias. Por supuesto, también puede ocurrir
lo contrario. En mi caso, y afortunadamente, la trama que planteaba El mal menor me llamó la atención de
inmediato, y es por eso que se me hizo relativamente fácil adentrarme en ella y
seguir con la lectura.
Al principio, como en varias
ocasiones ocurre con el género fantástico, uno puede llegar a sentirse algo perdido
con lo que está leyendo. En el inicio del proceso de lectura lo cierto es que entendía
poco; pero sin embargo, en la parte más interna y esencial de la novela algo había
que me invitaba a seguir leyendo. Por un lado, porque efectivamente quería
entender un poco más, saber a qué apuntaba el autor con lo que nos estaba
contado; y por el otro, porque con el correr de las páginas Feiling va
construyendo una atmósfera hipnotizadora y absorbente. Actúa con la efectividad
de la cocaína que diariamente consume una de las protagonistas: la lectura se
va tornando adictiva, y uno no puede parar de leer hasta llegar a un final que,
a propósito, contiene un interesante giro de trama.
En esta novela, Feiling mezcla distintos
géneros, y probablemente la combinación que se ve más claramente es la del
fantástico con el realista. El mal menor no
tiene un contexto ya de por sí fantástico; el texto empieza con la mudanza de
Inés, una situación cotidiana y mundana, y lo que su narración en primera
persona es capaz de contarnos acerca de su vida. El otro personaje más
importante, Nelson Floreal, (aunque en él ya vemos algunas cosas más
fantásticas como su condición de tarotista) tampoco termina de estar
completamente ligado a este género fantástico. Si bien sabemos que esta es una
novela que mezcla géneros, lo más vinculado a esto se empieza a ver a medida
que avanza la historia. Al principio, lo
único que podríamos interpretar como fantástico, en el caso de Inés, se compone
de unos extraños sucesos en su casa, como por ejemplo, que el picaporte de la
puerta del baño se torne inusualmente caliente o se escuchen pisadas en los
cuartos. Es cierto que también hay momentos en los que el horror está más
presente, en especial en escenas en las que se describen situaciones cercanas
al gore, pero la novela transcurre
generalmente en el límite entre lo fantástico y lo real.
Por otra parte, Feiling economiza
en explicaciones innecesarias referidas a este mundo que plantea. El único
momento en que hay una descripción concreta es en el texto que Nelson Floreal
le entrega a Alberto, quien a su vez luego se lo da a Inés. En el mismo, los
lectores podemos conocer un poco más sobre este asunto de los arcontes, el
prófugo y El Cerco. Pero lo interesante de esta cuestión es que la idea que
empieza a tomar forma acerca de la naturaleza del mundo de El mal menor no se compone a partir de explicaciones demasiado
evidentes. Esta idea se va articulando a medida que la historia avanza, y son
los propios hechos de la novela los que van aclarando las distintas situaciones
que ya de por sí resultan extrañas. En ese sentido, El mar menor me pareció una novela muy original, si tenemos en
cuenta el momento en que fue escrita. Analizando un poco la clase de novelas
que se están escribiendo ahora, en las que el cruce de géneros representa un
recurso bastante utilizado, con esta historia Feiling se perfila casi como una
especie de visionario.
El autor le imprime a la novela un
estilo bastante particular. La historia se articula a partir de dos voces
principales: por un lado, la primera persona de Inés, muchas veces condicionada
por el estado emocional/físico de la narradora (también a causa de la cocaína y
el alcohol que frecuentemente consume), en el sentido de que por momentos
parece bastante descriptiva y por momentos muy vertiginosa y cargada de velocidad.
Y por otro lado, la de Nelson Floreal, que no está en primera persona, sino en
tercera, pero que efectivamente se enfoca en sus pensamientos y acciones.
Llegando al final, estas dos voces se mimetizan un poco, y el corte más abrupto
se ve en el desenlace, particularmente en el último capítulo llamado “Fin”. En
este, además, presenciamos la última vuelta de tuerca de la trama. La prosa del
autor, por momentos sencilla y por otros ácida y humorística, hace que esta sea
una novela que se lee muy rápido, pero no por estar escrita de forma banal o
superficial, sino porque Feiling sabe cómo llamar la atención del lector (por
lo menos la mía) y generar que queramos seguir leyendo hasta llegar al final,
que sigue manteniendo la misma línea emocional que el desarrollo, agregándole al
desenlace un factor
Podríamos decir que a El mal
menor la etiqueta de “novela de terror” le queda, aunque sea, un poco
corta. Según mi lectura, esta es una novela un tanto inclasificable, por la
forma en que está narrada y por la temática que propone. Una historia
entretenida, diferente, que se nota que, junto con toda su obra en general, ha
sido un exponente claro en lo que respecta a la literatura que se está
escribiendo actualmente.
Puntuación final
8/10
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