Ficha técnica
- Título: La larga noche de Francisco Sanctis
- Autor/a: Humberto Costantini
- N° de páginas: 176
- Editorial: Tren en movimiento
- Año: 2017 (1984)
Un empleado administrativo recibe la información de que dos hombres van
a ser secuestrados por las Fuerzas Armadas de la última dictadura cívico-militar.
La novela gira en torno a la disyuntiva que enfrenta Sanctis a la hora de
decidir qué hacer: si intentar salvarlos o no.
Puntuación final
- Título: La larga noche de Francisco Sanctis
- Autor/a: Humberto Costantini
- N° de páginas: 176
- Editorial: Tren en movimiento
- Año: 2017 (1984)

No es que haya leído muchos libros
que enmarquen esta época, pero sí puedo decir que La larga noche de Francisco Sanctis es el más original que me tocó
leer. No solamente por la forma en que encara la temática central, sino también
por cómo el autor decide contar la historia, y también por la excelente
construcción del protagonista.
Lo primero que me llamó la
atención es la narración. En el primer capítulo, abajo, el autor escribe una
pequeña descripción del mismo, lo cual se repite en todos los siguientes. Dice
así: “Capítulo I: Donde, con el objeto de
que el lector no se forje demasiadas ilusiones respecto a la amenidad de este
librito, se declara de entrada nomás su materia que parece ser de índole más
bien psicológica, o sea que para decir verdad la cosa pinta bastante aburrida.
Hecha la cual advertencia, se pasa a contar algo de cierto intempestivo llamado
telefónico”. Creo que, si mal no recuerdo, el único libro que conozco que
en los capítulos tenga una descripción de este estilo es La vuelta al mundo en ochenta días. Además, es posible ver que el
autor recurre a cierto toque humorístico que hace a su escritura una aún más
original. Es interesante cómo Costantini plantea un tema central tan oscuro,
pesado y terrible como los sucesos de la última dictadura y aún así es capaz de
que su narración tenga, en muchos pasajes, tintes de humor. Una combinación un
tanto difícil de conseguir si lo pensamos previamente, pero con esta novela el
autor demuestra que sí es posible, y lo logra de manera excelente.
La novela es, básicamente, el
relato de la noche que viene después de que el protagonista se entera de esta
información sobre los dos hombres que van a secuestrar. Una cuestión que me
pareció interesantísima de la construcción de Sanctis es que nosotros lo
conocemos como un tipo común y corriente, sin demasiadas pretensiones en su
vida. Las únicas que tuvo, la de la militancia y la poética, quedaron en el
pasado. Ahora Francisco está casado, es padre de tres hijos y vive una vida más
o menos tranquila como empleado de la empresa Luchini & Monsreal. Lo que
viene a romper esa evidente monotonía es la aparición de una antigua conocida
suya, Elena Vaccaro, que es la que le informa de estos dos hombres. Este es el
momento en que empezamos a ver la personalidad de Sanctis. Es posible reconocer
en él, sobre todo al principio, una obvia inseguridad y un miedo (julepe, le
dice él) que no se le va, que persiste durante toda la noche. Es tanta su
inseguridad y su no saber qué hacer
que, ni bien llega a su casa del trabajo decide hablar con su mujer del tema.
En ese sentido, Sanctis me pareció un personaje muy interesante, porque, en
poco más de unas horas, podemos ver quién es realmente, qué tipo de persona es.
El autor, claramente, juega un rol importantísimo en este aspecto; tiene la
capacidad de mostrar cómo es una persona en apenas una noche, y logra
transmitir al lector la esencia de Sanctis de una manera envidiable. Uno
termina la novela como si conociera al protagonista de toda la vida.
En el fragmento citado
anteriormente, el autor nos dice que la “amenidad” de este “librito” está
puesta en duda, o bien que “la cosa pinta aburrida”. Desde mi punto de vista y
mi lectura, aquí Costantini no pudo haber estado más equivocado. Lo cierto es
que la novela sí me resultó sumamente amena, entretenida, con un ritmo que no
decae nunca y que, aunque parezca exagerado teniendo en cuenta el período que
relata, cuenta muchas cosas que mantienen al lector pegado a las páginas sin
poder soltar el libro. Más allá de que la novela relate un cortísimo lapso de
tiempo, es genial ver cómo el autor se las arregló para elaborar un libro de
una considerable extensión, sin que, en ningún momento, parezca que el mismo
está meramente rellenado con páginas
sin sentido. Por el contrario, Costantini, como ya nos advertía en el inicio de
la novela (y aquí sí que tiene razón), nos habla mucho sobre la psicología,
especialmente, de su personaje: las miles de preguntas y situaciones
hipotéticas que rondan la cabeza de Sanctis mientras decide qué hacer ante
semejante situación.
Me ha gustado mucho, más allá de
estas cuestiones, el narrador que tiene la novela. El mismo está presentado en
tercera persona, y se advierte como un narrador omnisciente. Pero narrar no es lo único que hace. Tampoco
es que haga un juicio de valor muy evidente de las acciones del protagonista.
Pero sí pareciera como si este narrador verdaderamente conociera a Sanctis, como lo haría un amigo o familiar. Es difícil
de explicar la naturaleza de esta forma de relatar, y esto la convierte, por
ende, en un aspecto a tener muy en cuenta a la hora de pensar el libro. Si hay
algo que uno encuentra en un texto que le sorprende, o que le representa una
dificultad a la hora de tratar de explicarlo, pienso que ahí debe poner el ojo,
intentar pensar ese algo de forma que finalmente encuentra la manera de
dilucidar sus características. En el caso del narrador de esta novela, luego de
analizarlo bastante, se me ocurre que es como si este estuviera constantemente
grabando, por así decirlo, al protagonista, hasta que llega un momento en que
esa cámara se aleja y deja que Sanctis actúe en soledad. Así lo explicita el
texto hacia el final: “No manosiemos
entonces –y por esta única vez– su intimidad. No nos metamos en lo que no tiene
por qué importarnos y mejor veámoslo caminar, solo, tranquilo en apariencia,
vencedor de su miedo, precedido por su inconstante sombra […]”.
Costantini tiene una forma
particular de relatarnos los sucesos de la historia, y es que en muchos pasajes
estos se ven atravesados por algún que otros tinte humorístico. Además, y es
otra cuestión que vale la pena destacar, el autor intercala algunas acciones
más vertiginosas, más de “acción”, por así decirlo, que hacen que uno no pueda
soltar el libro, con páginas en las que se encarga de describir la cuestión más
psicológica de la trama, la que tiene que ver con los pensamientos que tiene el
protagonista respecto de distintos temas. Entre ellos, claro está, se encuentra
la pregunta quizás más icónica del libro: ¿hago algo para salvar a estos dos
tipos o no hago nada, me quedo en el ya conocido “no te metás”? En estas partes
más reflexivas predomina un estilo más lento, por así decirlo, porque las
oraciones son más largas y con menos pausas, lo que genera que el lector deba
prestar más atención que en otras para no perderse ningún detalle.
Costantini escribió La larga
noche de Francisco Sanctis en 1984, y sin embargo sigue siendo una historia
que tiene vigencia, y que puede ser perfectamente leída en la actualidad con,
tal vez, perspectivas distintas. Entre otras cuestiones, la novela destaca
porque Costantini tiene un estilo muy propio y particular, con algunos tintes
humorísticos que lo hacen perfilarse como un autor claramente original. Por
otro lado, este es un libro sumamente entretenido y que, más allá de describir
una historia relativamente sencilla, encierra muchos temas que dan para
reflexionar, para ponerse a pensar qué haría uno ante determinada situación. La larga noche de Francisco Sanctis es
una novela que logra innovar en un tema bastante recurrido en la literatura
argentina.
9/10
Coincido con el artículo; un libro atrapante, en lo más duro de la represión de la dictadura militar (1977), que trae fielmente el clima asfixiante de esa época de terror, y sin embargo, deja espacio para el humor. Un libro imprescindible. Gracias por comentarlo!
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