Ficha técnica
- Título: Éste es el mar
- Autor/a: Mariana Enríquez
- N° de páginas: 128
- Editorial: Random House
- Año: 2017
En lo que podría ser considerado algo así como un Inframundo se
encuentran las Luminosas, unos seres no humanos que se encargan de hacer
Leyendas a las estrellas de Rock. Hacerlas Leyendas significa, ni más ni menos,
matarlas, para que así queden en la historia como lo hicieron figuras como Jim
Morrison, John Lennon y Kurt Cobain.
Puntuación final

- Título: Éste es el mar
- Autor/a: Mariana Enríquez
- N° de páginas: 128
- Editorial: Random House
- Año: 2017

El fanatismo es un tema de por sí
interesante. Cualquiera sea su motivación (fútbol, política, religión, entre
otras), todo lo que genera ser fan de
algo se convierte en algo a tener en cuenta como objeto de análisis. ¿Qué es eso tan fuerte que algo tiene que nos produce fanatismo? ¿Por qué con una cosa y no con otra? ¿Qué genera ese impulso que podríamos calificar de irracional? En este
caso, Mariana Enríquez recurre al tema de las fanáticas de grupos de rock que
ahora reconocemos como legendarios, y en especial, a sus “caras visibles”, por
así decirlo; las personalidades más influyentes del mundo de la música, que se
han convertido en verdaderas leyendas de este género musical, son la causa del
accionar de las protagonistas. La autora hace un ingenioso tratamiento de esta
cuestión, porque además de efectivamente hablar de él, le agrega otros
elementos que hacen de esta una novela muy original.
Éste es el mar plantea un mundo con unas bases que podríamos
reconocer dentro del tema mitológico. Muchos de los aspectos que actúan como
fundamento de la construcción de la trama de esta nouvelle tienen puntos en común con los mitos griegos; por ejemplo,
la figura de Hécate como “madre” de las Luminosas o la locación (una especie de
Inframundo) en la que estas se sitúan. La autora combina estos temas con
cuestiones de la actualidad, con lo que le da una vuelta de tuerca a temas ya
explorados en la literatura. En ese sentido, algo que podría no resultar
original como la parte de la mitología sí consigue sobresalir porque está
fusionado con otros temas que le agregan interés a la totalidad de la trama.
No sé con exactitud cómo
catalogar esta historia en cuanto al género al que pertenecería. Mariana
Enríquez es una de las exponentes más fuertes en lo que respecta al terror en
el panorama narrativo actual (uno de sus libros de cuentos, Las cosas que perdimos en el fuego, me pareció una lectura excelente),
aunque en esta historia es posible encontrar, además de los relacionados al
terror, elementos argumentales que refieren a otros géneros como el fantástico
o la ciencia ficción. Esta cuestión también constituye un valor interesante de
la novela, en el sentido de que es capaz de combinar cuestiones de varios
géneros para generar un texto que podríamos catalogar paradójicamente como
incatalogable. Siempre es grato, desde mi punto de vista, encontrar libros a
los que aplicarles una categoría específica sea complejo. Eso significa que el
autor supo trabajar con distintas cuestiones y se las ingenió para unificarlas
en una sola obra.
Pensar que por el hecho de ser
corta esta historia es de fácil lectura es un error. O por lo menos eso es lo
que se me ocurre luego de haberla terminado y haber tenido unos días antes de
escribir esto para pensarla y analizarla. Debo decir que Éste es el mar no es una novela fácil de leer. En especial, porque
la autora ahorra mucho en explicaciones o descripciones. Es decir, ella nos propone
un mundo alternativo, con cosas que podemos reconocer como cotidianas y otras
que no, y a partir de ahí, estamos solos. En otros géneros vemos que el autor
recurre a lisa y llanamente explicarnos todo
el mundo en el que transcurre la novela, y eso a veces puede pecar de
denso. En el caso de esta novela la autora hace casi lo opuesto. Nos sitúa en
un mundo complejo, con reglas y normas propias, así como también con seres
inventados. A todo esto hay que, de alguna manera, acostumbrarse para entenderlo de lleno y
poder disfrutarlo. En este punto es en donde recae mi única crítica hacia esta
historia. Por un lado, entiendo que si la autora hubiera escrito una novela más
larga quizás se habría perdido ese golpe de efecto que se genera a partir de la
condensación de la trama, en pocas páginas, que presenta esta novela. Pero por
otro lado, considero también que Éste es
el mar tenía potencial como para convertirse en una historia más extensa
sin ningún problema. De esta forma, las poco más de cien páginas de las que
consta esta nouvelle no me
permitieron insertarme muy profundamente en lo que la autora me estaba
contando. Para decirlo con otras palabras: cuando recién estaba empezando a entender
sus reglas, cuando recién arrancaba a idealizar los nuevos conceptos que
incorpora la historia fue el momento en que me encontré con el punto final.
Así, no llegué a conectar del todo con los personajes, pero lo que sí me quedó
es la sensación de que con un más extenso desarrollo argumental la novela me
habría gustado mucho más. En su corta extensión alcanza una cierta armonía y “redondez”,
si se entiende el concepto, pero aun así pienso que unas páginas no le habrían
venido mal como para que, por lo menos desde mi punto de vista, se convirtiera
en una historia con más desarrollo tanto de personajes como de trama. Quizás,
si se hubiera tratado de un cuento esa extensión podría haber significado, para
mí, algo más entendible, porque lo cierto es que un cuento no pasa, en general,
las seis o siete páginas. Pero el hecho de no tratarse efectivamente de un
cuento ni de una novela generó que esta historia actuara casi como un híbrido; aquel texto al que le faltó un
poco para ser novela (que pienso que habría sido el formato que mejor le podría
haber cabido) pero se excedió otro tanto para ser un cuento.
Éste es el mar me resultó una
historia entretenida, a la que pienso le faltaron páginas como para que me
permitiera adentrarme de lleno en el mundo que me planteaba la autora. Me
pareció una historia con mucho potencial, que por su (para mi gusto) poca
cantidad de páginas no llegó a desarrollar con la profundidad que yo esperaba.
Aún así, destaco la capacidad narrativa de Enríquez y su facilidad para
combinar géneros fantásticos, de terror o de ciencia ficción con cuestiones que
podríamos reconocer como cotidianas. En este caso la autora recurre al tema del
fanatismo y logra acoplarlo con temas más “clásicos” de los géneros mencionados
antes de manera muy original y distinta.
7/10
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