"Florentina", de Eduardo Muslip

Ficha técnica
- Título:
Florentina
- Autor/a:
Eduardo Muslip
- N° de páginas:
140
- Editorial:
Blatt & Ríos
- Año:
2017


Esta novela se centra en relato del narrador, que recuerda a su abuela Florentina. Su carácter, su infancia, su forma de relacionarse con sus familiares y con los demás, todo condicionado en cierta forma por sus orígenes, serán los ejes fundamentales sobre los que se basará esta historia. 
De ninguna forma sería correcto afirmar que Florentina es un mal libro. Por el contrario, considero que esta es una pequeña novela bien escrita. Pero cuando leo, o por lo menos eso es lo que busco yo, me importa que la historia que me cuenten me genere algo, que me interese, que tenga algo me haga relacionarme de alguna manera con ella. Lamentablemente, con Florentina no me ocurrió lo que habría deseado. 

En esta novela, escritura e historia actuaron por separado. Por un lado, no tengo ningún problema en afirmar que esta historia está bien escrita, porque se nota la capacidad del autor para narrar, para hilvanar el relato. En ese sentido, Florentina tiene un buen valor, porque el autor se vale de una cuestión que podría resultar un tanto simple pero logra armar una historia que se sostiene permanentemente en una sola cuestión: Florentina, la abuela del narrador. Florentina es una novela que encuentra su mayor virtud en la forma en que el autor logra construir el relato, sin diálogos, casi como si fuera un monólogo sobre una persona en particular. En ningún momento se hace foco en otro personaje: Florentina ocupa todo el tiempo el centro de la escena. En ese aspecto es destacable el trabajo de Muslip, ya que construye un personaje al que le saca bastante jugo.

Si menciono que narración y relato fueron por caminos distintos, es porque sencillamente no encontré nada que uniera esas dos cuestiones. Con esto me refiero a que la narración de Muslip no permitió que me adentrara de lleno en la historia que me estaba contando. O quizás no fue el estilo del autor porque, insisto, es un relato bien escrito; probablemente lo que no me gustó fue la historia en sí. Y eso, en un libro, no hay forma de ocultarlo. Si lo que me cuentan no me resulta interesante, no me interpela en ningún sentido o no me permite conectar con los personajes, entonces es complicado que la novela en su totalidad termine gustándome. 
Esto que me ocurrió a mí con esta historia es una cuestión muy personal, tiene que ver exclusivamente con el vínculo que se genera entre uno y lo que uno lee. ¿A qué me refiero con esto? Florentina es una historia que, por lo que cuenta, puede llegar a gustarle a un sector importante de lectores. La novela narra varias cuestiones que tienen que ver con un tema importante dentro de nuestra cultura e identidad nacional: la inmigración. En el caso de Florentina ella viene de Galicia. En su relato se destacan temas muy relacionados con sus orígenes allí en España, que nos demuestran las diferencias culturales entre ambos países y las formas distintas en las que se encara lo cotidiano. En ese sentido, no tengo dudas de que muchos lectores podrían sentirse fácilmente identificados con esta historia. Quizás no por el hecho de haber pasado por lo mismo que la protagonista, sino que también puede pasar por un tema familiar o generacional. Es decir, uno puede tener un pariente inmigrante y leer esta novela puede permitirle remitir a esa situación, quizás hasta con cariño. Eso, en la literatura, es importante: que una lectura haga que uno recuerde cuestiones, ya sea con buenas o malas sensaciones da cuenta de la capacidad de transportar al lector a cuestiones pasadas relacionadas exclusivamente a uno. En ese punto se genera un vínculo entre uno y el libro. Pero el problema está en que a mí, particularmente, eso no me sucedió en ningún momento. La novela nunca me interpeló, nunca me generó sensaciones de empatía o siquiera de rechazo para con la historia. 

Otra cuestión que para mí complica aún más mi relación con este libro es que su ritmo decae considerablemente si considero el inicio, el desarrollo y el final. Al principio, la novela llegó a interesarme. Bastante, a decir verdad. En esas primeras páginas el autor nos introduce en un mundo en el que el narrador empieza a recordar a su abuela. “Aparece Florentina”, dice la oración inaugural del libro. En esa declaración ya hay un indicio. Uno podría pensar que Florentina aparece físicamente, pero con el correr de las páginas (o mejor, leyendo la contratapa) sabemos que no es así: lo que aparece es el recuerdo de Florentina, que para el narrador tiene tanta fuerza que es capaz de, efectivamente, aparecer como si fuera una persona. En estos primeros instantes la historia tiene algo así como un aura un tanto misteriosa, no por tratarse de algo fantástico ni mucho menos; en ningún momento uno piensa en ese “Aparece Florentina” como si fuera la aparición de un fantasma. Pero a lo que me refiero es que al no saber específicamente a qué apuntará la narración del autor, el lector puede verse atraído a seguir leyendo para ver en qué se enfocará la misma. Eso es lo que en un principio me pasó a mí. Las primeras páginas destacan desde ese lado; generaron que quiera seguir leyendo, con la intriga, si se quiere, de ver qué tenía preparado el autor para los lectores. El problema es que esa sensación duró eso: unas pocas páginas. 

A partir de este momento, el relato cayó en una especie de monotonía, acentuada cada vez con el correr del relato. Si bien no podría decir que en la novela no ocurre nada (porque en realidad no tendría por qué ocurrir nada en el presente, digamos, ya que estamos ante el relato/descripción de un personaje que vivió en el pasado) tampoco es que los hechos que le sucedieron a Florentina, los cuales la hicieron ser tal cual fue me hayan interesado tanto. En este punto es en donde recae mi mayor inconveniente con esta novela, que responde al hecho de que a mí, el relato en ningún momento me interesó completamente como para adentrarme de lleno en él. Y aquí me ocurrió de haber entrado en una especie de círculo vicioso que empezaba por el hecho de que la historia no me atraía, seguía con una consecuente desconcentración y luego, por no haber prestado la suficiente atención, el relato me resultaba distante y, por lo tanto, me aburría aún más. Porque eso fue lo que lamentablemente me ocurrió con Florentina: me aburrió.

No podría decir que esta es una novela mala por el hecho de que está claramente bien escrita, y porque hay en ella cuestiones valorables que tienen que ver con el ejercicio de escritura que propone el autor. Sin embargo, y esta es una cuestión muy personal, la historia que me contaba Muslip nunca me atrajo. Y eso, en la apreciación final que yo pueda tener con respecto a una novela, es completamente crucial. 

Comentarios