Ficha técnica
- Título: El reloj de sol (Título original: The sundial)
- Autor/a: Shirley Jackson
- N° de páginas: 304
- Editorial: Fiordo
- Año: 2017 (1958)
En medio de tensiones familiares, situaciones inquietantes, hechos
sobrenaturales y personajes conflictivos los Halloran esperan el fin del mundo
atrincherados en su mansión.
- Título: El reloj de sol (Título original: The sundial)
- Autor/a: Shirley Jackson
- N° de páginas: 304
- Editorial: Fiordo
- Año: 2017 (1958)

Antes de esta novela había leído Siempre hemos vivido en el castillo, de
la misma autora; quizás, su obra más famosa, porque representa a la perfección
lo que Shirley Jackson quiere mostrar en su obra literaria. Si bien ese libro que menciono me gustó un poco más que El
reloj de sol, pienso que esta historia sigue mostrando excelentemente la
esencia de esta particular autora. Ambientes siniestros, personajes perversos y
situaciones casi sobrenaturales son los condimentos más interesantes de esta
novela, cuya autora es, para mí anteriormente desconocida, sin lugar a dudas
uno de los mejores descubrimientos del año.
Al igual que en Siempre hemos vivido en el castillo en El reloj de sol hay una cuestión muy
importante que rige durante toda la novela: la figura de la casa. En esta
historia la mansión de los Halloran cumple una función, podríamos decir, doble;
por un lado, es un símbolo de protección a los embistes del fin del mundo que
se está acercando, pero por otro lado, es también el lugar en donde se
desarrollan los momentos, y también los personajes, más opresivos de la
historia. Lo que de alguna forma es algo destinado a proteger a los Halloran es
al mismo tiempo lo que hace relucir sus peores miserias. De hecho, el único
ambiente importante para el argumento de esta novela es la casa, más allá de que en algún momento alguno de los
personajes decida salir y la narración nos lo haga saber. De esta forma, el
terror en esta novela se vuelve cotidiano, en la medida en que este se
desarrolla en el ambiente familiar.
Si bien es cierto que el terror empieza con algo sobrenatural (que
podríamos identificar en la aparición del padre de la tía Fanny, el cual le advierte
del fin del mundo) no podría asegurar con total firmeza que el mismo se
desarrolla pura y exclusivamente con este hecho. Por el contrario, el terror
que acecha por todas y cada una de las páginas se presenta de
una forma cotidiana, como algo de todos los días. ¿De qué forma? Básicamente, a
partir de la construcción de los personajes. Por ejemplo, en el inicio de la
novela sabemos que un miembro de la familia, Lionel, hijo de Richard Halloran y
nieto del primer señor Halloran, padre de este último, ha muerto. Luego del
velorio se establecen distintos diálogos entre los familiares, y en uno de
ellos nos enteramos de que, por boca de la pequeña (y perversa) Fancy, hija de
Lionel, su padre murió en manos de su abuela Orianna, esposa de Richard. En ese
descubrimiento tenemos dos cuestiones interesantes por analizar: por un lado,
el propio acto de la abuela de matar a Lionel y, por el otro, el hecho del
aparente “encubrimiento” del mismo a cargo de los familiares. La única que
parece sacarlo a la luz y la que efectivamente habla de él es Fancy, aunque tampoco parece muy afectada por la muerte de su padre. Es de esta forma,
mediante diálogos y conversaciones, que uno como lector va enterándose de la
esencia de los personajes.
El mayor logro de este libro está
en cómo Jackson logra combinar de gran manera este ambiente opresivo y bastante
inquietante y perverso con muchos momentos satíricos y de humor (muy negro, por
cierto, como era de esperarse). La autora construye un grandísimo abanico de
personajes muy bien desarrollados; cada uno tiene sus características
particulares que los hacen ser fácilmente reconocibles uno de otros. Algo
complejo de conseguir, porque además la historia no solo versa sobre los Halloran
como familia, sino que también incluye a los criados y amigos de familiares que
van apareciendo a medida que avanza la novela.
Luego de haber terminado el texto uno podría decir que en El reloj
de sol no ocurren demasiadas
cosas. Es más, si tuviéramos que contar los hechos “importantes” que van
pasando podríamos hacerlo con los dedos de una mano. Pero lo interesante de
esto es que la novela sigue siendo, a pesar de esto, sumamente intrigante. Y
esto es, en gran medida, gracias a la capacidad de la autora para generar estos
personajes, y los ambientes en los que estos se mueven, que impulsan al lector a
seguir leyendo constantemente a la expectativa de saber qué ocurrirá. El reloj de sol es una novela que puede
leerse rápidamente pero no por el hecho de que su narrativa sea superficial o
algo por el estilo, sino que, por el contrario, es la calidad de la prosa de la autora la que permite que la trama avance
con fluidez y, al mismo tiempo, consiga generar en el lector una sensación casi
compulsiva por saber qué pasará después, qué ocurrirá con los personajes y con
la trama en general.
El reloj de sol está estructurada en su
mayoría por diálogos, lo que también posibilita la rápida lectura de la misma.
Es gracias a estas conversaciones que se establecen entre los personajes que
podemos dilucidar cómo es que efectivamente son. Siempre es más fácil creernos
su personalidad si los vemos en acción o si, en su defecto, vemos cómo piensan.
Y eso se logra, en esta novela, a partir de las cosas que estos le dicen o
cuentan a otros personajes o, también, a la hora de ver cómo se dirigen hacia
los demás miembros de la familia en determinadas situaciones. Ahí es cuando
realmente se ponen sobre la mesa las características de la personalidad de cada
uno, en la forma en que se expresan o reaccionan ante cierto hecho. En este
punto la autora tiene una importancia vital: además de que es ella la que los
pone en esas situaciones también es ella la encargada de mostrarnos, a través
de estos diálogos, las formas que ellos tienen de pensar, actuar y reaccionar.
Estas conversaciones, como para hacerlas aun más interesantes, están cargadas
de un humor muy particular, que en muchas ocasiones deja en ridículo a los
personajes y, a pesar de la gravedad de algunos de los hechos que van
ocurriendo, la forma en que están narrados los hace ver cómicos, satíricos y
hasta paródicos.
El reloj de sol es una novela
muy interesante. En ella, Shirley Jackson logra plasmar muy bien los temas que
evidentemente le importa incluir en su obra, tales como el humor negro, el
terror cotidiano y personajes psicológicamente complejos que, en este caso, son
intercalados con situaciones sobrenaturales. Una novela (y una autora) a tener
muy en cuenta, sumamente entretenida y que tiene, además, un notable valor
literario.
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