Ficha técnica
- Título: Soy leyenda
- Autor/a: Richard Matheson
- N° de páginas: 180
- Editorial: Booket
- Año: 2012 (publicación original: 1954)
Una plaga causada por una guerra bacteriológica se expande por todo el
planeta. Robert Neville, que parece ser el único hombre al cual no ha afectado,
intenta sobrevivir y, con el correr de la historia, buscar una cura.
- Título: Soy leyenda
- Autor/a: Richard Matheson
- N° de páginas: 180
- Editorial: Booket
- Año: 2012 (publicación original: 1954)

Para evaluar si un texto es o no
es original un criterio muy básico pero muy eficiente es fijarse en la fecha en
que fue producido. En el caso de esta obra, Matheson publicó Soy leyenda hace más de sesenta años,
allá por el 1954. De esta forma, es muy fácil identificar que este libro se ha
convertido en un clásico en su género y, además, fue claramente una propuesta
innovadora para su época. Si pensamos una novela con características similares ahora, lo más probable es que no la consideremos
original, sino como algo más de los mismo. En muchas de las obras, ya sean de
literatura o de cine, por ejemplo, que vinieron después de Soy leyenda e incluso de las producciones actuales es posible ver
que este libro en cuestión tuvo una clara influencia en su construcción. Eso es
lo que, entre otros aspectos, también determina qué libros son considerados
clásicos y cuáles no, y cuáles son aquellos factores pertenecientes a un texto que
hacen que este impacte tanto como para que en los posteriores libros esos temas tengan tanto que ver con la obra
“original”.
En esta corta pero contundente
novela de menos de doscientas páginas asistimos en primer plano a la desolación
y desesperación de nuestro protagonista, Robert Neville. Neville lo ha perdido
todo; su mujer y su hija murieron a causa de la plaga, y lo único que hace es
matar vampiros de día y protegerse de ellos de noche. Porque esas son las criaturas
que acechan la ciudad; una especie de vampiros-zombis que, así como nos cuenta la historia mítica, de día duermen y de noche salen a la caza,
además de que no pueden soportar la luz del sol y le tienen miedo a las estacas
y al ajo.
Lo interesante de este libro es
que a medida que la historia va avanzando Neville trata, como objetivo
primordial, desarrollar una cura. Para esto, el desarrollo del argumento se
vuelve mucho más científico, podríamos decir. El protagonista intenta explicar
cada aspecto de estas criaturas a partir de comprobaciones empíricas; toma
muestras de sangre, las analiza en el microscopio e investiga en la biblioteca.
Pero claro; lo central de esta novela es que Neville se encuentra absolutamente
solo. Acompañado de sí mismo nada
más, con todo lo que eso implica. Las frustraciones que le genera no poder
explicar las cosas que ocurren con los vampiros las traslada al alcohol y a las
reflexiones sobre él mismo, sobre su situación y aquello por lo que tuvo que
pasar cuando murió su familia. Es decir, cualquier cosa que le pase se verá
claramente amplificada por su condición de completa e inevitable soledad. No
hay nada que mejore eso, que lo aplaque aunque sea un poco. Todo tiene que ver
con el hecho de que está solo, de que con nadie puede compartir lo que le pasa.
Seguramente este sea el valor más
saliente de Soy leyenda: lo bien que
consigue Matheson transmitir esos sentimientos que experimenta el protagonista.
No hay mucha descripción física del contexto en que se suceden los hechos, solo
un poco como para situarnos en espacio y tiempo. Lo que más abunda, entonces,
es la descripción de cómo Neville se siente, cómo es capaz de sobrellevar todo
lo que le está pasando. Y no olvidemos, repito porque es indispensable para
comprender esta novela, que este personaje es absolutamente solo. No hay nadie con quien hablar de su situación,
de lo que le pasa y de lo que siente. Sí, quizás el único que habla con él es
Ben Cortsman, un conocido suyo que, ya convertido en vampiro, todas las noches
lo insta a salir de su casa, lo cual significaría su fin. Los vampiros, además,
tienen esta característica; no han perdido toda la capacidad de razonamiento
como sí eventualmente pasaría con los zombis. Pueden, de alguna manera bastante
primitiva, pensar o, en última instancia, llegar a reconocer algunas cuestiones de su vida antes de haber sido
afectados por esta plaga.
En el sentido estricto de Soy leyenda como novela, como historia,
lo cierto es que en un principio no es demasiado fácil insertarse en ella.
Quizás por el estilo del autor o por la forma en que está presentada los
lectores debemos esperar un poco como para engancharse más con lo que estamos leyendo.
Al principio no ocurren demasiadas cosas como para apuntar en una lista de
hechos importantes. Vemos más que nada la situación de soledad de Neville y
cómo empieza a intentar vislumbrar la cuestión más científica de estos vampiros
para así poder desarrollar una cura. Con el paso de las páginas la novela gana
en ritmo, especialmente por algunos hechos que rompen con la monotonía de la
vida del protagonista y hacen que este se replantee determinadas cuestiones que
antes no tenía tan en cuenta.
Desde esa perspectiva, Soy leyenda es una novela que no decae
en ritmo, sino que a medida que avanza este va acrecentándose. El final, si
bien me pareció interesante y considero que completa bien una de las tantas
vueltas de tuerca a las que recurre el autor, que de hecho constituye un giro
de trama bastante inesperado, también pienso que se torna un poco precipitado.
Es decir, cuando más me estaba gustando la novela, cuando más me estaba
compenetrando con los personajes y con esa ambientación que creaba el autor, en
ese momento fue que llegó el final. El desenlace está bien logrado, tiene un tinte
un tanto épico que me gustó mucho, pero al mismo tiempo pienso que no me habría
molestado en absoluto un poco más de desarrollo en algunas cuestiones que se manifiestan
más que nada hacia la mitad de la novela. Igualmente, Soy leyenda en su conjunto está bien estructurada, no es como si le
faltaran partes o las que tiene estuvieran mal explicadas o planteadas. Por el
contrario, las cosas que van surgiendo tienen su razón de ser y no solamente
son funcionales a que la historia se desarrolle y avance, sino que también proponen
ciertos desafíos tanto para el lector como para el propio protagonista, que
tendrá que enfrentarse a situaciones que seguramente no esperaba y que tendrá
que saber cómo reaccionar para salir lo más ileso posible.
Soy leyenda es una novela que
disfruté mucho. A medida que iba avanzando la historia se tornaba casi
imposible dejarla, porque cada hecho que sucedía daba el pie para que nuevas
cosas fueran desarrollando la trama. Los lectores, en ese punto, se ven
instados constantemente a continuar con la lectura, a ver qué nos tenía
preparado el autor para seguir manteniendo el interés por la historia. Con un
planteo completamente innovador para la época, que luego trascendió y de hecho
influyó en otras obras del mismo género, Matheson logra construir una novela de
un alto contenido psicológico. Con el desarrollo de la trama la historia gana
en agilidad, pero también en reflexión. Una combinación muy buena para hacer de
esta una gran obra, indispensable para aquellos a los que les guste la ciencia
ficción y más aún para los devotos de la ciencia ficción distópica. Y también,
claramente, para entender muchas de las producciones actuales que tienen que
ver con estos géneros.
Comentarios
Publicar un comentario