"Domingos de agosto", de Patrick Modiano

Ficha técnica
- Título: Domingos de agosto
- Autor/a:
Patrick Modiano
- N° de páginas:
168
- Editorial:
Anagrama
- Año:
2015 (1986)

Leer Domingos de agosto es como tratar de armar un rompecabezas que quedó a la intemperie durante varias horas en un día húmedo y lluvioso. Las piezas están deformadas, difusas, la tinta se ha corrido y los dibujos no se ven. Y para colmo, no se tiene la imagen original del rompecabezas. Pero luego, cuando por fin podemos resolverlo, no podemos evitar tener una sensación de satisfacción por el hecho de haber lidiado con algo que, en un principio, parecía muy confuso, casi sin sentido; pero que luego, por fin, sí cobra sentido cerrando un círculo perfecto.

Modiano crea un libro, a priori, que no se puede encasillar en un género específico. Después, a medida que va avanzando la lectura, se podría decir que es de amor, de misterio, policíaco, etc. El francés es un autor al que hay que encontrarle la vuelta, entender su estilo. Puede ser que al principio (de hecho a mí me pasó), cueste entenderlo. Pero sólo cuando uno se acostumbra a cómo escribe es cuando realmente se puede disfrutar de sus formas. No por nada se le ha adjudicado el Premio Nobel de Literatura en 2014.

Domingos de agosto es una novela que confunde. No sólo por el estilo del autor, sino porque este crea unos personajes casi fantasmagóricos, enigmáticos. Y estos personajes están en un contexto similar; son dos factores que se retroalimentan. La atmósfera es sombría, misteriosa. Todos estos factores se juntan para constituir un libro en el que nada está claro, en el que el lector (y la trama en sí) se va formulando un montón de preguntas, cuyas respuestas siempre siguen el tono habitual de la novela de Modiano: ese aura de confusión, de engaño.


El autor va tirando pistas, indicios de lo que pasa pero nunca nos confirma nada; deja que el lector interprete. Y para colaborar más con esta atmósfera tan particular juega mucho con los cambios temporales, con evadir la cronología. Y es tarea del lector recomponer estos datos para, ahora sí, hacer una línea temporal en la que cada dato desencadene otro. Y ahí está lo que, creo yo, es la esencia de la novela: el hecho de que nunca sepamos qué es lo que en realidad pasa, no porque el autor se pase páginas y páginas hablando de cosas sin sentido, sino porque crea, con maestría, una trama que intriga, que genera incertidumbre, de la cual nosotros, los lectores, somos tan participativos como los propios personajes.

En conclusión, esta es una novela muy interesante, que tiene elementos que deben ser procesados y analizados bien para entenderlos y disfrutarlos. Seguramente Domingos de agosto sirve para empezar a leer a Modiano, para interiorizarnos en cómo escribe y cuál es la forma que le da a su estilo y a sus historias.

Puntuación final

9/10

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