Ficha técnica
- Autor/a: Luciano Lamberti
- N° de páginas: 112
- Editorial: Nudista
Después de una gran experiencia previa con La maestra rural, decidí abordar más textos de Lamberti. Para esto, me incliné por uno de sus libros más aclamados, El loro que podía adivinar el futuro.
A diferencia de su última novela, este es un libro de cuentos. Si bien cada uno de los seis relatos tiene algo distintivo que lo hace diferenciarse de los demás, todos comparten esa sensación que uno tiene a leer cuentos de ese género tan difícil de definir: el extraño. No es posible describirlo con claridad o exactitud, porque si uno se pone a pensar, son muchos géneros que se mezclan para dar lugar al extraño. Un poco de fantástico, también cotidiano, terror, suspenso, misterios, etc. Es por eso que me gustan tanto los cuentos de este estilo; porque todo el tiempo combinan aspectos de distintos géneros, que los hace destacar por sobre los demás. No es para nada fácil juntar tantos géneros y que se logre algo bueno, pero si se sabe llevar, el objetivo es totalmente satisfactorio.
En el caso de los cuentos de Lamberti, los que más me gustaron fueron "La canción que cantábamos todos los días", "La vida es buena bajo el mar" y el relato que da nombre al libro. Lo que más me gustó de estos fue la originalidad que tuvo el autor a la hora de presentarlos. A pesar de que cada uno de ellos coincide en lo extraño de lo que muestran, todos tienen algo inédito que los hace distinguirse. Decir que estos cuentos me gustaron, en especial "La vida es buena bajo el mar" y "El loro que podía adivinar el futuro", sería casi faltar a la verdad, porque lo cierto es que me parecieron excelentes. El primero presenta a unos personajes, los Residentes, que no son humanos, y tienen una capacidad determinada que a los humanos parece gustarle, demasiado. La escena final me pareció sencillamente magnífica. El segundo, en varias ocasiones, me causó escalofríos. Me pareció genial la manera en la que el autor lleva la historia y cómo la va desarrollando hasta llegar al desenlace. El cuento que quizás menos me gustó fue "Algunas notas sobre el país de los gigantes". De ninguna manera me pareció un mal relato, sino que no llegó al altísimo nivel que tenían los mencionados anteriormente. Los restantes, "La feria de Ocklahoma" y "Pequeños accidentes" me resultaron buenos complementos de los demás, aunque siempre conteniendo algo que los hacía distinguirse como individuales.
En estos cuentos las cosas no están del todo claras. Lamberti nos presenta una realidad a la que tenemos que adaptarnos para seguir el hilo de la historia. Esa realidad puede ser ficticia o hasta imposible, o también una situación cotidiana que va avanzando hasta convertirse en algo cada vez más y más oscuro. Eso es lo que tienen los cuentos: debido a su corta longitud, tienen pocas páginas como para describir algo demasiado profundamente. En cambio, el autor nos presenta una realidad que puede no sernos familiar, pero si el escritor tiene la capacidad necesaria, es para nosotros mucho más fácil insertarnos en ella. Esto es, efectivamente, lo que sucede en estos cuentos. A pesar de que estos tienen en promedio unas cinco o seis páginas, las situaciones están detalladas en el punto exacto en que lo que sucede nos parece raro, a veces incomprensible, pero que sin embargo son aquellas a las que podemos, de alguna manera, pertenecer, ser partícipes. Aunque sea, en nuestro rol de lector.
En conclusión, El loro que podía adivinar el futuro me pareció un libro excelente, con, como siempre, algunos cuentos mejores que otros. Pero no es que todos se mantuvieron en un nivel regular y los que más me atrajeron fueron los que superaban por poco esa línea, sino que los seis relatos estuvieron todos en un gran nivel, y mis favoritos lo sobrepasaron para ponerse en el lugar de los excelentes. Seis cuentos sin desperdicio, para seguir apostando por la literatura y el género de cuento nacional.
Puntuación final
8/10
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