Ficha técnica
- Título: La libertad total
- Autor/a: Pablo Katchadjian
- N° de páginas: 142
- Editorial: Bajo la luna
- Año: 2013
Puntuación final
- Título: La libertad total
- Autor/a: Pablo Katchadjian
- N° de páginas: 142
- Editorial: Bajo la luna
- Año: 2013
La novela empieza con dos hombres, A y B, discutiendo sobre el tema de la
libertad. A medida que va desarrollándose la conversación, van apareciendo
nuevos temas sobre los que hablar, además de que se suman personajes que
también contribuyen al avance de la historia.
Leer un libro de Katchadjian
siempre implica, por lo menos para mí, un desafío constante. Lo que utiliza
para definir sus historias siempre tiene esa cuota de extrañeza que en un
principio puede confundir. Todo es único y particular: los personajes, los
ambientes en los que se mueven, la forma de narrar y hasta los temas elegidos. En
el caso de La libertad total, la
historia se construye estrictamente a partir del diálogo. La novela comienza
con A y B, que parecen no saber bien dónde están, ni por qué, ni cómo llegaron
a ese lugar. Luego de algunos hechos que se suceden, logran escapar, por así decirlo, de su lugar
inicial y a medida que van moviéndose en el espacio en el que se encuentran van
apareciendo nuevos personajes. El hecho de que la forma en la que avanza la
historia sea únicamente mediante la conversación supone que el lector tome un
rol preponderante; lo único que sabemos es lo que dicen los protagonistas,
porque no hay nada externo, como podría serlo un narrador, que nos describa la
situación, que nos haga entender bien qué está sucediendo. Por lo tanto, será
tarea del lector tratar de imaginarse el lugar o el aspecto de los personajes,
más que nada para tener una idea más amplia de lo que va ocurriendo a medida
que avanza el diálogo.
Con solo detenerse un poco a
escuchar una conversación aleatoria entre personas, podemos ver que en muchas
ocasiones esta se torna caótica, no se entiende nada de lo que alguien quiere
decir y la cosa se vuelve más un barullo de cancha que un diálogo claro y
sostenido. Algo de eso hay en La libertad
total. En varios pasajes de la historia los diálogos rozan el absurdo, pero
al mismo tiempo, el autor es capaz de encontrar un orden lógico dentro de ese
desorden. En la historia no hay interrupciones, por lo que todo se construye a
través de lo que dicen los personajes; uno podría pensar inicialmente que esto
sería imposible, que no podría imaginarse nada de lo que ocurre o que no
entendería lo que va pasando. Pero en La
libertad total pasa todo lo contrario: es sencillo seguir la historia, no
resulta confusa. Y eso, pienso yo, es un gran mérito del autor, porque logra
que una narración carente de descripciones en prosa, de puntos e intervalos que
permitan organizar las ideas funcione igual de bien. En ese sentido La libertad total me pareció una apuesta
sumamente original, que nada tiene que ver con lo que uno lee habitualmente.
Pienso que si se hubiera trasladado esta historia al formato típico de
narración, es decir, en prosa, se hubiera perdido esa esencia que vuelve a esta
novela en una lectura que avanza vertiginosamente y no puede soltarse.
Desde un principio la historia me
pareció muy original también, constantemente lindando lo fantástico y lo
imposible. Varios de los hechos que se van encadenando no son explicados, sino
que lo único que tenemos como evidencia de que algo haya pasado es la palabra
de los personajes. Ni siquiera podemos ver sus pensamientos o lo que sucede
alrededor sin que ellos lo vean o lo sientan; su conversación es la única
prueba que tenemos. De esta forma se abre un abanico de posibilidades,
especulaciones o lecturas diferentes sobre si lo que leemos está efectivamente
pasando, o quizás no. Quizás todo es una alucinación, un delirio total. O tal
vez una suerte de combinación entre las dos cosas.
En cada página, Katchadjian demuestra toda su imaginación, que parece
no tener límites, y envidiable su capacidad para construir historias que se
escapen de cualquier término que busque etiquetarlas. La libertad total está al mismo nivel que Gracias y El caballo y el
gaucho, esta vez innovando completamente en lo que respecta a la forma de
narrar. Una historia excelente más que nada por los temas que abarca y por cómo
el autor logra que los hechos se hilvanen naturalmente solamente a través de
una conversación.
Puntuación final
9/10
Comentarios
Publicar un comentario