Recomendación del mes - Enero 2017

Durante enero leí un total de nueve libros:

"Una cuestión personal", de Kenzaburo Oé;
"Génesis", de Bernard Beckett:
"La intrusa", de Eric Faye;
"La libertad total", de Pablo Katchadjian;
"Salvatierra", de Pedro Mairal;
"NOS4A2", de Joe Hill;
"Los cuerpos del verano", de Martín Felipe Castagnet;
"El restaurante del fin del mundo", de Douglas Adams;
"Brasil", de Paula Brecciaroli.

Cuando planeé este tipo de entradas, recomendando una lectura de cada mes, pensé que el mejor criterio para decidirme sería elegir el libro al que mayor puntaje le hubiese dado. Sin embargo, repasando la lista de lecturas de enero me di cuenta de que la novela a la que mejor puntué (Una cuestión personal) no es la que más recomiendo, por el simple hecho de que es una lectura que puede causar bastante descontento o hasta genuina repulsión por el personaje principal. No creo que sea una novela para cualquiera, sobre todo por el tema que trata y por el protagonista; por eso, no es una lectura que recomiendo abiertamente. En cambio, La libertad total, de Katchadjian, es una novela que no genera controversias, pero que de igual forma es una lectura excelente, que permite desconectarse un tanto del mundo real y pasar a formar parte del delirio que plantea el autor en esta novela enteramente construida a partir del diálogo. Es una historia que destaca por la originalidad a la hora de presentarla, y por cómo consigue transmitirnos todo lo que les sucede a los personajes. Como con sus otros libros, Katchadjian no defrauda y sigue superándose.

-------------------------------Sinopsis------------------------------

Dos hombres discuten sobre cuestiones bastante universales y abstractas; al mismo tiempo, intentan entender dónde están y adónde ir, porque desde un primer momento resulta claro que el lugar en el que transcurre la historia es desconocido para todos. La discusión de a ratos cae en el absurdo pero, sin embargo, conserva una ilación lógica que conduce a nuevos temas, introduce nuevos personajes y devela un mundo extraño, con leyes propias y ecos deformados de nuestro mundo.

La libertad total se configura exclusivamente desde la conversación. El intercambio de palabras e ideas entre los protagonistas se hace cargo tanto de la ausencia de narrador como de todas las definiciones espaciales o temporales, el texto evoluciona a partir de lo que los personajes dicen: lo que se dice existe –¿hay alguna manera de demostrar más confianza en el lenguaje?–, y lo que se dice deviene acción para darle cuerpo a una rara novela
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