"Los días del Venado", de Liliana Bodoc

Ficha técnica
- Título: Los días del Venado
- Autor/a: Liliana Bodoc
- Saga: La saga de los Confines #1
- N° de páginas: 336
- Editorial: Debolsillo
- Año: 2000

Una invasión avanza sobre las Tierras Fértiles. No se sabe quién la encabeza, pero existe la posibilidad de que se trate de fuerzas que encarnan el Mal. Los habitantes de estas tierras deberán enfrentar la situación con los valores que los caracterizan, y la valentía, la lealtad y el espíritu protector serán claves para la defensa de la región. 

No es muy habitual, en el panorama literario argentino actual, digamos desde los 2000 hasta acá, encontrar obras que remitan a estos temas. Los días del Venado, y particularmente toda La saga de los Confines, de la cual esta es la primera novela, es una historia fantástica con características épicas. En ella se presentan varios de los factores más distintivos de este tipo de historias, tales como la ambientación en un mundo inventado, seres fantásticos y personajes que deben enfrentarse a fuerzas que parecen incontrolables. Sin embargo, Los días del Venado no se queda solamente en estas cuestiones, sino que incorpora otros aspectos que la hacen destacarse por sobre otras del mismo género.

Uno de los personajes protagónicos de Los días del Venado es Dulkancellin, un guerrero de la tribu husihuilke. Este mismo representa una de las claves en lo que respecta a las temáticas de la épica fantástica: el viaje del héroe. Más allá de que uno podría argumentar si Dulkancellin es efectivamente un héroe, porque no es él solo el que participa de la batalla que relata la novela, sí es indiscutible que el viaje que realiza desde la comodidad de su hogar, donde vive con sus hijos y su suegra, hasta el lugar en donde se producirá el enfrentamiento se relaciona claramente con este concepto más bien básico de la fantasía épica. Es decir, Dulkancellin viaje porque es su deber, porque hacer eso representa fidelidad para con su gente. Sin embargo, mientras leía en ningún momento me pareció que la novela fuera un reciclado de otras sagas de este género (El señor de los anillos, el cual no leí, podría ser la referencia más clara). Por el contrario, durante todo el proceso de lectura me encontré ante una apuesta original por parte de la autora, no solamente por los temas que abarca y el mundo que plantea, sino también por la forma en que Bodoc narra y nos transmite los sucesos más trascendentales de la historia.
En novelas como esta, en donde predomina la parte fantástica, la construcción del mundo en el que estas se desarrollan siempre ocupa un rol preponderante a la hora de analizar la obra en su totalidad. No es lo mismo contar una historia dentro de un contexto que podría ser cotidiano que narrar una que transcurra en un lugar completamente alejado de nuestra realidad o que, claro está, sea inventado. En estos casos, es probable que la relación entre el lector y la historia narrada requiera de un proceso por el cual uno se adentre en el mundo que se está describiendo. En un contexto más realista el verosímil se constituye a partir de otras reglas; uno parte de un ambiente que bien podría ser el de todos los días. No tiene que decodificar demasiados aspectos del mismo, no tiene que predisponerse de una manera sumamente especial como para entrar en él. En cambio, en géneros donde muchas veces la ambientación es inventada es necesario que uno como lector encare la lectura teniendo esto en cuenta. 
Aquí pueden ocurrir básicamente dos cosas; o que entremos en la propuesta de la obra o no. En este punto la subjetividad del lector es fundamental, porque lo que a uno le puede gustar o atraer a otro le puede parecer todo lo contrario. Hablando específicamente de esta novela, desde mi punto de vista Bodoc hace un gran trabajo como para que uno se adentre en el mundo narrado de manera muy sencilla. Bodoc logra presentar muy bien a los personajes, y más allá de que este sea el inicio de una saga de tres libros varios de ellos muestran distintas facetas que definitivamente los alejan de algún que otro rasgo estereotipado que podría haber surgido al inicio. Además, la autora los enfrenta a distintas situaciones que permiten que los lectores conozcamos sus personalidades y sus valores a la hora de tomar decisiones. En lo personal, lo que leí me interesó desde un primer momento, lo que claramente fue un beneficio a la hora de seguir con la lectura. Por supuesto, esto tiene que ver con mi postura personal a la hora de leer, porque claramente puede ser que a otro lector el mundo creado por un autor o autora puede parecerle insípido o que no tiene mucho para dar.
Bodoc ha hecho un buen trabajo en la construcción del mundo en el que se desarrolla Los días del Venado. Algunos de estos aspectos tienen que ver con los más básicos del género de la fantasía épica, pero otros, y aquí es donde quiero detenerme, son muy originales y consiguen que esta novela, y calculo que también la saga en su totalidad, se destaque por su contenido innovador. Bodoc ambienta su historia en un contexto que remite inmediatamente a lo que serían los pueblos originarios de América Latina. De hecho, en la primera páginas tenemos un mapa que se  parece claramente al continente americano. En muchas ocasiones, para ambientar una obra de este género se recurre más que nada a contextos medievales (Game of Thrones, por citar un caso) o, en segundo lugar, a otro tipo de civilizaciones como los griegos o los romanos. Nunca me había tocado leer (o siquiera conocer) algún caso en el que se utilizara a América Latina. Si bien ya de antemano sabía que esta trilogía tenía en cuenta esta cultura, me pareció muy interesante ver cómo la autora se las arreglaba para constituir este mundo. Más allá de que considero que Bodoc lo describió muy bien en esta primera novela, pienso que aún hay más cuestiones para seguir explotando, y no tengo dudas de que así será en las próximas entregas de la saga. Desde mi lectura, quedaron un poco pendientes las cuestiones culturales de las distintas tribus y grupos de las Tierras Fértiles. En realidad, en esta novela pienso que se van sentando las bases de lo que luego se desarrollará en los otros dos volúmenes; porque tampoco podemos pretender que en poco más de trescientas páginas se describa con absoluta precisión y profundidad lo que respecta a toda la construcción de un mundo nuevo.
La novela tiene, en promedio, un ritmo bastante parejo. La misma se narra más que nada de forma cronológica, exceptuando algún que otro salto temporal. Empezamos sabiendo la historia general de los personajes, y luego se van agregando otros según las los hechos que van pasando. A medida que avanza el argumento el lector ya se va dando una idea del desarrollo de la trama, pero sin dejar que la sorpresa desaparezca del todo. Durante la novela se van dando algunos giros de trama que mantienen al lector pegado a sus páginas, generando que sea difícil soltar el libro. En ese sentido, la autora logra, con una prosa muy poética (algo que también hace que la obra sea más original todavía) cautivar al lector, manteniéndonos atrapados en el mundo que nos va narrando. Por lo menos a mí, más allá de que considero que hacia la mitad de la novela el ritmo decae un poco, en todo momento me interesaba lo que Bodoc relataba, y me animaba a seguir leyendo para ver en qué concluían todos los hilos argumentales que se iban abriendo.
Los días del Venado me ha parecido una propuesta original, bien contada y con unos personajes con interesantes cuestiones para ser aun más explotadas. Con un ritmo fluido y una prosa poética y cautivante, Bodoc logra innovar en un género que a priori parece un tanto cerrado en determinados “pasos a seguir”. En ese sentido, mi lectura general de esta novela tiene en cuenta que es el primer tomo de la saga, el inicial, el que abre todo lo que vendrá después. Es por eso que tomo a esta obra como la iniciadora de lo que creo será una gran historia.
Puntuación final

8/10

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