Ficha técnica
- Título: Radiana
- Autor/a: Esther Cross
- N° de páginas: 90
- Editorial: El 8tavo loco
- Año: 2017 (publicación original 2007)
Elmer Dus, profesor en Ciencias Eléctricas, tiene como proyecto crear
un robot a imagen y semejanza de su pareja, la pianista Rita Lavenza.
- Título: Radiana
- Autor/a: Esther Cross
- N° de páginas: 90
- Editorial: El 8tavo loco
- Año: 2017 (publicación original 2007)

Radiana es una novela corta que incorpora varios elementos de los
que comúnmente aparecen en el género de ciencia ficción. El protagonista, el
profesor Elmer Dus, tiene la intención de construir un robot que se asemeje lo
más posible a Rita Lavenza, su mujer. Elmer parece tener una suerte de obsesión
con sus manos, esas que tan bien tocan el piano. Rita sufre un bloqueo mientras
está tocando un Nocturno de Chopin y, a
partir de ese momento es cuando su marido decide poner manos a la obra para
consumar su proyecto. Para ello recurrirá a Bárbara Astor, una aristócrata que
será la que lo ayudará con su cometido. Al mismo tiempo, Rita Lavenza, sin que
su marido lo sepa, se someterá a una operación que le cambiará los dedos para
de una vez por todas terminar con su bloqueo.
Este libro se desarrolla en un
contexto que podríamos identificar en los inicios del siglo XX. Profesores,
científicos, pianistas, comerciantes, mucamas, cocineros y doctores son los
personajes que irán poblando las páginas de esta novela. Radiana se caracteriza por contener historias paralelas, que siguen
a varios de sus personajes. De esta forma, el relato de Rita y Elmer no es el
único que tiene lugar, sino que la historia se irá componiendo de las
situaciones que protagonizan otros personajes. Así es como se construye el
contexto de la novela. Teniendo, entonces, estas historias en simultáneo uno
puede hacerse una idea más clara de la ambientación en la cual se suceden los
hechos más significativos de la historia. Tenemos más puntos de vista por los
cuales conocer un poco más sobre la historia en sí, y cómo esta se va
complementando con las situaciones de cada personaje. En ese sentido Radiana casi que roza algunos elementos
cinematográficos. Sin embargo, también pienso que en ese aspecto la historia se
quedó un poco corta. Quizás, si hubiera sido más larga o con un desarrollo más
extenso de los personajes, sus historias y aquel mencionado contexto la misma me
habría terminado de gustar un poco más. La historia inicial me interesó, es
decir, la parte de los robots, pero al mismo tiempo considero que estas
historias paralelas no contribuyeron a que el argumento se desarrollara mejor.
Por el contrario, pienso que la autora
le erró en querer incorporar tantos personajes con sus historias en una novela
que tiene menos de cien páginas.
Esther Cross tiene un estilo
sencillo, con algunas incursiones en la poesía. Es muy fácil leer Radiana, más allá de que el argumento
pueda interesarle más a unos que a otros. Es una novela que se lee con rapidez,
no solo por su argumento, sino también porque los capítulos son muy
cortos, y eso alienta a que la lectura no se detenga. No obstante, considero
que por esta misma razón la trama resulta, en ocasiones, un tanto inconexa. A
veces estamos presenciando acciones de Rita o Elmer y luego somos testigos de
las búsquedas de trabajo de Hugo, ex cocinero de la casa del profesor. En ese
sentido, quizás sea necesario leer esta novela con atención, para así no
perderse detalles importantes de la trama y, por consiguiente, disfrutarla más
y mejor. Además de esto, la autora también recurre, por momentos, al uso del
humor. Podríamos reconocer varios de los aspectos humorísticos en nuestra
propia época, no solo con el contexto del siglo XX; los productos del señor
Ganz (un inventor de la ciudad para el que Hugo trabajará), que son estas fajas
reductoras Atlantis, pasta de dientes Blanqueza y tónicos capilares Perlmutter,
remiten, por ejemplo, a algunas publicidades actuales.
Radiana es una novela
entretenida, cuyo tema central se desarrolla dentro de lo que identificaríamos
como un contexto de ciencia ficción. De lectura rápida y sencilla, Esther Cross
construye una historia amena, que se deja leer con facilidad no solo por el
hecho de que sus capítulos sean cortos y esta conste de menos de cien páginas,
sino también por contener algunos elementos originales dentro del género de la
ciencia ficción.
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